Pasajeros al azar somos, dentro de un tranvía, en un pequeño pueblo,
o en una gran ciudad... desconocida.
Algunos nos bajamos antes, otros después, nunca puede uno saber.
Nos miramos a las caras, nos evitamos y algunos sostenemos fijas las miradas.
Unos viajan solos, otros acompañados, unos contentos y otros enojados,
unos sufriendo y otros llorando. Unos platican, otros bailando.
Echamos vistazos por las ventanillas,
decimos adiós y damos bienvenidas.
Nos miramos la ropa y los zapatos,
nos damos la mano y bostezamos.
Algunos leemos, otros soñamos
con bajar en la esquina y con irnos volando.
A veces hace frío, a veces calor, o traes un abanico o traes un cobertor.
Nunca sabes cuando va a parar, por eso siempre, te tienes que agarrar.
A veces vamos llenos, a veces vacíos, a veces hacemos fiestas y a veces convivios.
¿Y el chófer? Es irrelevante, nunca mira a los lados, siempre pa´ adelante.
Un día te toca amar, al día siguiente odiar, un día lo das todo y al otro te lo dan.
Se ha parado ahora, ya es tiempo, de tomar mis maletas e irme despidiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario