"" Las letras son lo unico eterno, la memoria no, esa se borra cuando el cuerpo desaparece....""

martes, 6 de diciembre de 2011

Sere

Seré la musa de tus sueños, seré quien te cuide de los malos,
quien te quite el frío del cuerpo, quien auyente a los fantasmas con la mano.
El despertador por las mañanas y quien te lea un cuento por las noches.
Sere toda oídos cuando sientas ganas de hablar
y pondre mi hombro para que siembres tus lágrimas.
Cubrire con mi cabello tu nariz cuando un olor fétido te sorprenda a mi lado,
sere quien te regale un helado, quien te guiñe el ojo,
quien te eche una mano en tus necesidades de humano.
Quiero ser la que te de buenas ideas y criticas constructivas,
quien escuche tus canciones y suspire por las letras.
La mano que sostenga tus viajes en terrenos rocosos,
quien humedezca la tierra de tus pensamientos.
La lucesita que ilumine tu rostro en la foto. El abrazo en un día cansado.
El postre despues de un buen almuerzo.
La melodía en tus oídos, las letras en tus dedos.
Quien adorne tus pasos en la calle, quien te cante en el oído,
las cosquillas y el alhuate en el fundillo, quien encienda tus instintos,
y los apague entre las sábanas con juegos de miradas y sensaciones de la piel,
del lenguaje que solo se habla entre dos y con la puerta cerrada.

Lenguetadas de Fuego

Estoy entrando, casi no logro ver nada, la oscuridad es por momentos total y entonces la luna ilumino mi entorno y vi las albercas vacías, negras, mohosas y las serpientes plasmadas en las paredes, las gárgolas, los demonios, como escarificaciones en una piel de cemento, adornadas con piedras negras brillantes y se que caí por el vértigo en el estómago y una mano gigante me saco de ahí y me solto en el aire, viene la caída, se que el golpe dolerá... esta cerca, cuando menos pienso estoy cayendo y empiezo a flotar, fue cuando decidí salir de ese lugar y abrí las puertas gigantes, pesadas, de antíquisima antiguedad. La madera pálida medio quemada con relieves multitudinarios se abrio de par en par y fui a dar a un terreno deportivo de mi infancia.

Voltee a mis dos lados y vi a una pareja de edad media y 3 niños pequeños. A lo lejos un chico vestido de negro ocultaba el rostro, cuando pasamos por su lado nos comenzo a atacar con peñascones de tierra prensada, corrimos a protegernos y cada quien agarro a un niño en brazos y empezamos a correr despavoridos, ya se me hacía ver un peñascon cerquita de mis ojos y sentir el dolor agudo en la mollera. Corrí a refugiarme en la cancha de futbol rápido y el niño al que protegía en mis brazos había desaparecido.

Logre con algo de esfuerzo abrir la puerta de un cuarto cercano que guardaban a 2 ancianos olvidados por el tiempo dentro de esas 4 paredes, camuflageados con la tierra de las paredes, cada uno con un instrumento de viento y me echaron porras cuando logre cerrar la puerta antes de que alguien mas entrara. Busqué como desesperada una arma blanca o algo punzocortante y lo encuentro, observo bajo la puerta y veo entrar una mano amenazante que sostiene tambien un cuchillo de cocina y que empieza a dar cuchilladas al aire como si fuera un animal.

Yo le clavo mi cuchillo entre los dedos y no se como logra entrar al cuarto, es un niño pequeño con cara familiar y se ríe mientras me apunta con la hoja brillante de metal, me encuentro en el piso y mientras se rie me clava el cuchillo entre la carne de las piernas, no siento dolor, solo un ardor que me quema entre las pieles, una y otra vez siento una lenguetada de fuego en las pantorrillas, las rodillas, el estómago pero cuando le clavo mi cuchillo el abre los ojos y me mira muy pero muy directamente al centro de los míos y me hace caer en un vacío sin final donde ya no hay ni un hilito de luz.

Ella Canta

Las luces se encendieron y el publico observo a la mujer de rojo que era iluminada por el circulo de luz blanca en el centro del escenario. Las notas musicales comenzaron a sonar como vomitadas y poco a poco fueron tomando forma en los oídos de los expectadores, en cualquier momento entraría la voz... pues la joven de piel pálida iba marcando el ritmo con los tacones color sangre que contrastaban con esa delicada porcelana de sus pies y de repente bajó el ritmo y ella dejo escapar las palabras que salían perfumadas con sus hilos vocales. Parecía como un animalito lastimado y al final de las palabras un pequeño cambio en la nota que causaba un mover de tripas de los que llenaban la sala del teatro. La mujer sabía lo que hacía y lo hacía muy bien. Cerraba los ojos y se dejaba sumerger entre el agua musical, como si hubiera nacido haciendolo... una pausa en su voz, entraron mezclas de rap y cuando parecía que la voz iba a continuar todos los musicos se pusieron de pie e hicieron una pequeña reverencia, para salir del escenario y dejar a la gente con un hueco de sed auditiva que se sintió en la enorme habitación.