Ah que la señora de la esquina, se me quedo viendo como si yo estuviera desequilibrada jaa! que no se vio la cara desorbitada que tenía? Con los dientes astillados, grotescos, vulgares... se atreve a mirarme así, como si dijera -pobre muchachita, no sabe que esta perdida- y me enorgullezco al pensar -jah! pobre señora, no sabe que esta muerta- y cada quien se va por su rumbo y destino. Pero tengo que seguir caminando, 2 o 3 cuadras faltan, desde aqui veo el mercado, donde a veces me daba rondines y comía ciruelas de las vendedoras de frutas. Y me espantaban como mosca, lo hacía por puro placer, ahorraba y me esmeraba por cumplir mis objetivos, el huevo de chocolate era siempre mi objetivo. Y la hacía muchas veces de niñera de mis primos, que me desesperaban por caprichosos los dos niños. Y retrocedo un poco mas...
Tengo las manos atadas a la espalda, sometida a algo mas fuerte que yo, claro... dice que le he mentido. Tengo miedo en esta calle ancha y silenciosa, donde solo me acompaña la falsa idea, alguien me sigue, pero no puedo saber quien y por donde. Aun recuerdo ese tapiz, era grande, toda la pared. Los árboles parecían ser objeto de cambios y transiciones de adolescentes estaciones, lo supe por las hojas amarillas y sueltas por unidades. Y el camino húmedo se extendía horizontalmente por toda la imagen. Se abrio la puerta y me dijo -Distraeme para que puedas irte sin mi atención y mala fortuna.
Dime donde escondes el montón de sal que deje embarrada en la alcoba con mis humildes lágrimas, irónicas, volubles, de mis humores contradictorios y espontáneos. Balanceame con tus manos de niño crecido, pegados mi cuerpo y el tuyo, dale play y dejate dormir en mis senos zzz... Y ese niño desperto y miro la misma calle, la misma incertidumbre, combinada con paranoia, mas ganas de correr mas tristeza en medio y un pedazo de lechuga fresca, para llevar porfavor, a mi nombre y a mi cuenta, ¿que por que tan distraído? Disculpe, solo vagaba con el pasado al mismo paso de mis pasos, inquietos, curiosos. Tambien postre, algo de inspiración para este té de letras capciosas. Y le puse atención de nuevo, que no se de cuenta de que la ignoraba o me restara puntos, ella dice -Sacame a bailar con tus ademanes educados y falsos. Escucha la canción antigua que he traído para ti, envuelta en mis ganas de verte a los ojos una vez mas, la ultima, si lo permites. Haz como que no hay nadie, ingóralos y cierra los ojos, yo te guío, confía... y confío.
Fragmento dedicado a la memoria del escritor Héctor Gamboa:
El camaleón se ha ido, no del diligencias, no de juerga, ha mutado cubriendo su piel de gardenias y recuerdos firmados en estantes de bibliotecas... buen viaje camaleón.
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